Cómo llegar a Budapest en avión

Viajar en avión es la forma más rápida y práctica de llegar a Budapest, especialmente si partes desde España o América Latina. El punto de entrada aéreo principal es el Aeropuerto Internacional de Budapest Ferenc Liszt (BUD), ubicado a unos 16 kilómetros al sureste del centro de la ciudad. Este aeropuerto, moderno y bien equipado, recibe vuelos de más de 100 destinos en Europa y el mundo.

Vuelos desde España y América Latina

Desde España, varias aerolíneas ofrecen vuelos directos a Budapest. Compañías como Ryanair, Wizz Air, Iberia y Vueling operan rutas frecuentes desde ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Sevilla. Si reservas con antelación, puedes encontrar billetes a muy buen precio, sobre todo con aerolíneas de bajo coste.

Desde América Latina no hay vuelos directos, pero es posible llegar con una o dos escalas, haciendo conexión en ciudades europeas como Madrid, Frankfurt, París o Ámsterdam. Aerolíneas como Iberia, Lufthansa, Air France o KLM facilitan estos trayectos combinados.

Cómo ir del aeropuerto al centro de Budapest

Una vez aterrices en Budapest, dispones de varias opciones para llegar al centro de la ciudad:

• Autobús 100E: conecta directamente el aeropuerto con la plaza Deák Ferenc, en pleno centro. Sale cada 20-30 minutos y tarda unos 35 minutos. Cuesta unos 2.200 HUF (unos 6 €) y requiere un billete específico.
• Autobús 200E + Metro M3: opción más económica. El autobús 200E va hasta la estación de metro Kőbánya-Kispest, donde puedes tomar la línea M3 hacia el centro. Se necesitan dos billetes estándar (unos 1.250 HUF en total, aproximadamente 3,5 €).
• Taxi: los taxis oficiales (Főtaxi) tienen tarifa regulada. El trayecto al centro cuesta entre 8.000 y 10.000 HUF (20-25 €) y tarda unos 30 minutos, dependiendo del tráfico.
• Traslados privados: si prefieres comodidad y viajar sin preocupaciones, puedes reservar un traslado privado con antelación. Son especialmente útiles si llegas de noche o en grupo.

Consejo: Si viajas con equipaje voluminoso o tras un vuelo largo, los traslados privados o el taxi pueden resultar una opción mucho más cómoda que el transporte público.